Tres partes de tristeza y una de euforia.
Entre nosotros existe un muro de incontinencia. Hablas, pero
no dices nada. Te dejas hacer. Eres la respuesta a una pregunta por cortesía, a
un cómo estás por educación, a un qué tal va por aburrimiento. Y yo sé que me
odiaste tanto en su tiempo que ahora no sientes nada. No sangras. Lo tengo
claro, tu fin es volverme loca bajo este tedioso silencio. Esta soporífera ida
y venida de palabras huecas con complejo de hache intercalada que me llenan el
estómago de aire. Yo no sé cómo no te ahogas, como todo esto no se te atasca en
la garganta. Pero yo estoy a esto de cometer un asesinato, mientras tú sigues
siendo y estando, respirando a expensas
de mi cordura. Lo que pudo ser enfermó, y no fue. Y esta ciudad me ha mentido , me ha engañado descaradamente
trayéndome hacia ti. Llevándome de la mano a tu encuentro. A un acercamiento que
es el alimento diario de tu olvido. Hacerme real fue tu principio y mi fin.
Acariciar tu carne me hizo soezmente humana, y ahora el realismo me pudre a
cada segundo. Desaparezco. Quizás ya lo hice hace tiempo, pero no fui
consciente de mi ausencia hasta ahora. Soy la mujer invisible, la heroína que
inyectas en tu sangre cargada de excusas, y te llamas feliz. Yo no puedo más
que odiarte. Odio que no me hayas esperado eternamente. Que no supieras morir
por mí. Odio que me sobrevivieras. Que no soportaras el dolor y me olvidaras.
¡No aguantaste! Destrúyete y constrúyete para variar. Odio tu jodido camino
fácil en esta historia…Pero lo peor es que no sé qué hago hablando sola en esta
habitación vacía de ti. Si sólo eres el producto de una momentánea
esquizofrenia paranoide y de la doble vida que jamás pude permitirme.
Es soez, como tu misma te describes. Pero me ha gustado, hay grandes frases. " como el hueco que deja la hache intercalada" ;)
ResponderEliminar¡Sencillamente genial! Es cierto que del amor al odio hay solo un paso, o menos.
ResponderEliminarWow, sin palabras... es genial
ResponderEliminarfuerte!!!
ResponderEliminar