HASTA LAS TRANCAS.

Y ahí estaba yo, hipnotizada, asustada, engatusada, muerta de miedo; y sin ser capaz de controlar absolutamente nada, ni mis ojos que te buscaban, ni mi sonrisa idiota, sin sentido, ni mis manos al tocarte, sintiendo el "tu-tum" del ritmo "jazzero" que envolvía el ambiente de aquel local. En mi mente se repetía una sola frase…"Otra vez NO, otra vez NO", contradicción; gran contradicción porque el corazón no decía lo mismo; el corazón era puro sentir, vista, tacto, oído, gusto, olfato. Entonces apareció la señora incertidumbre, las ganas de todo y de nada, y agarré tu mano para encontrar las respuestas que lograran acallar a esa vieja aguafiestas, y me deslicé por tus líneas, por tus montes, tus estrellas, círculos y cruces...por tu enredo de sutiles y laberínticos caminos, y allí cambió todo, me sentí tan a gusto, tan protegida, tan calentita, tan pequeña, que me hice un huequito, justo en la línea de tu corazón, hice una parada, la última parada, me acomodé en tu piel cerré los ojos...y soñé.

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